viernes, 19 de febrero de 2010

74. #~Sueño

Ante todo la noche me deparó un sueño muy largo. Cuando tuve tiempo luego de las labores hice algunos apuntes sobre lo vivenciado. No tengo aún todo en orden, pero puedo tratar de reconstruirlo.
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Bien, tengo unas escenas más impactantes, pero sé que ocurrieron otras cosas antes. Estaba solo en un viaje. Había ido a Ayacucho (nunca he estado ahí, pero pienso mucho en Ayacucho porque es el centro de la lucha armada en el país). Tenía ahí una cita con alguien, en un hotel, un segundo piso. Una mujer alta, toda vestida de negro, blanca, esbelta. Me dio un maletín negro. Estaba lloviendo afuera, el suelo era de piedras, y me recordaba mucho a la plaza central de Cajamarca.
Pronto tuve noticia de que algunos me esperaban. Hable con el Padrezudro. Estaba con el W., R. y el agente2. Los cuatro en un cuarto que habían alquilado.. el lugar era como una quinta llena de habitaciones baratas para mochileros. A lo largo de toda la quinta habían lavaderos grandes de piedra donde algunos mochileros estaban ocupados, lavando, conversando. Todo parecía en buen ambiente. Debía haber olor a marihuana ahí, pero no lo sentí (supongo que me queda poca en el cerebro).
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El cuarto de los míos era el último, al fondo. Llegue caminando con alegría al ver a los amigos, y el zurdo me vio por la ventanita, y me abrió la puerta. Entré y nos abrazamos. La puerta seguía abierta. Y pronto oímos unos gritos, de un sujeto en la entrada de la quinta, con sombrero y un sobretodo grisáceo. No se entendió bien que nos decía pero era obvio que nada bueno: Arrojó una especie de granada hacia donde estábamos. Era una granada de gas. La vi bien. No era como las que he visto hasta ahora. Tenía ángulos trapezoidales, pero era ovalada. Como un cono escaleno., y cortado en la punta. El gas se liberaba por ambas bases, y lo hacía rápido. Pensé de inmediato otras situaciones de granadas de gas, y reaccioné lo mejor que pude: salté hacia un lavabo, y tomé una camisa mojada que lavaban, y enrollé con ella la granada y la sumergí en el agua, y le dije al mochilero que no la dejara salir a flote.
Luego empecé a correr hacia el tipo que la arrojó. Estaba a unos 30 metros de mi, y lo alcancé pronto, pero en la conmoción no vi que había arrojado otra granada hacia donde estaban mis amigos: todos habían salido corriendo del cuarto hacia uno antiguo, y la granada cayo allí!
A medida que me acercaba al tipo trataba de medirlo para enfrentarlo: era mucho más alto que yo, y no sabía que más podía traer bajo su traje. Pero estaba cerrado por un carro rojo detrás suyo (era un fiat, si mal no recuerdo) y lo otro que noté fue que llevaba unos fierros extraños alrededor del cuello., a manera de collar. Eran fierros duros, pesados y oxidados, y hacia ellos fui y se los arranqué, y comencé a golpearlo hasta que lo hice caer de espaldas sobre el carro y los seguí golpeando sin medirme hasta que lo hice sangrar y el carro quedó muy dañado (vidrios rotos, capot doblado, pintura rajada) No recuerdo la cara de ese tipo; nunca lo vi bien a los ojos, ni recuerdo que dijo, ni supe porque hizo eso, aunque supongo que tenía que ver algo con el maletín, y no se que tenía el maletín. Huí.
Vino un policía y le arrojé al tipo encima, tomé un taxi para desaparecer un rato y luego volví a ver a mis amigos. Y esta visión fue terrible: en el centro estaba el zurdo llorando, pero no lo reconocí hasta después, por lo desfigurado que estaba. Tenía la cara derretida y menos cabello. A su izquierda había un cajón de madera donde habían colocado los huesos calcinados de R. Y del agente2. De R. pude ver el rostro ennegrecido y hasta el tórax, luego todo era huesos, y del agente2 sólo quedo un muslo, y todos sus huesos. Había muy poca sangre, y todo estaba impregnado de hollín. W. estaba a la derecha del zurdo: a el sí lo podía reconocer. Tenía quemaduras de tercer grado en el brazo derecho, y quemaduras por todo el cuerpo, pero me dijo que estaba bien. Ni me explicaba que clase de gas podía hacer eso a la carne. No me quedé más tiempo y me fui.
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Pronto me recuerdo espiando una reunión de tipos vestidos de trajes negros. No se ni cómo entre ahí, ni cómo llegué tan alto(estaba en el techo, viendo todo sin ser observado, y no se de qué hablaban estas personas, pero los veía bien ocupados y contentos: tenían ante si una gran mesa con un buffet y estaban todos muy entretenidos al punto que ni se sorprendieron cuando una luna que estaba bien alta se rompió: y siguieron hablando mientras caían los cristales (yo estaba oculto en las sombras y lejos de ese vidrio) y por el agujero entró un brazo metálico, de anillos, larguísimo, que se extendió los cerca de 15 metros que había desde el techo hasta los señores. Y al final del brazo había algo así como una esponja muy dura, que tocó a uno de los tipos en la mejilla y le dejó una marca muy grotesca, como si la esponja tuviera miles de microinyecciones, que le dejaron la cara supurando una espuma dura y tóxica que lo hizo desfallecer. Y lo mismo hizo otro brazo con otro tipo, hasta que todos entraron en pánico, y yo huí.
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Con todo me sentía perseguido y en un grave peligro. El tiempo y el espacio cambiaron. Ahora estaba en la costa, y veía desde un peñasco la playa, el mar, y vi bien claro una nave que había aterrizado sobre las arenas. De ella salieron distintos tipos de organismos, todos parecían robóticos. Reconocí entre ellos al de los brazos grandes. Parecía una lavadora montada sobre una oruga. Nada muy peligroso si estabas lejos. Pero luego vi otro que me vio a mí. Era como un perro de fauces muy anchas y cuerpo pequeño. Era lo más parecido a un bulldog. Y me vió y empezó a correr y trepar hacia mí: tenía que huir otra vez. Cerca de mí había muchas grutas y cuevas naturales por las que fluía un poco de agua y se oían ecos, y ahí entré. Era como un laberinto, y no sabía por donde dirigirme, sólo me mantenía en movimiento. Lo más grotesco que me sucedió ahí fue ver por tramos a pequeños cachorritos de perro que estaban solos y abandonados. No entendía como llegaron hasta ahí. No podía rescatarlos a todos, y pensaba que el perro-robot podía o bien ignorarlos y perseguirme o bien destruirlos a con una mordida. Porque los cachorritos estaban ahí, como blancos fáciles, en zonas muy amplias, donde había más aberturas.

No se a donde salí finalmente. No entendía la relación entre todos los sucesos, y me encontraba desahuciado, y atemorizado por semejante invasión. Y así desperté a este horrible día de convicto, que aún no acaba. Aunque todos tratan de disfrutarlo. Están parrillando chorizos, escuchando música, y sirviendo y todos dando muchas vueltas.
Por ahí esta Leonel, que también tiene su historia. Acaba de hacer llorar a su nena, porque le ocultó durante un año y medio que tenía un bebe de otra relación, y luego le dijo que no quería seguir teniendo su relación con ella.
Más tarde acordamos reunirnos con Adrián, otro hermano de la casa, y clonarnos secretamente y hacer una fiestita. Y seguro habrá que decir ahí. Porque ahora sólo me quedan dos cosas: volver a las IDEAS o seguir la sangre.

73. #Abril X. Obituary Birthday

Aparte de estas comunicaciones vuelven los fantasmas año tras año. Kurt lleva muerto 15 años.. Ésta era la semana de su obituario. Pienso en Lima. Se deben estar realizando conciertos en su nombre. Los nirvanazos. También participé en unos hace tiempo. Fuimos muy exquisitos con _bas aquella vez. Toque con el padrezurdo en la batería y también con Pechuga, que es diestro. Nos tomó un ratito hacer el cambio. Tocamos un tema de Alice in Chains, y no de Nirvana. “Angry Chair”. Esa fue, y de Nirvana la verdad no recuerdo. Podíamos tocar varias, pero ya no lo hacemos. Y finalmente cerramos con “quiero dormir” que salió muy orquestal e incluyó la voz de K. por única vez. Todo fue en el salón imperial. Recuerdo que Arcana nos hizo delirar en el pugo cuando tocaron territorial pissings. El padrezurdo y yo salimos primero a guerrear. Podías sentir el grunge como una cosa etérea que nos contagiaba a todos.
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Quise tocar hace un rato ¿entiendes? Pedí prestada la guitarra – la única aquí – pero me la negaron. Entonces me senté aquí a escribir. En el día jugamos pelota, y estoy cansado. Arriba dejé las CIUDADES DE LA NOCHE ROJA, de Bill, y tengo aquí conmigo las IDEAS judías de Husserl, que otra vez empecé a trabajar y resumir.

jueves, 11 de febrero de 2010

72 • 8 de abril.

Pude hablar con Norma. Una llamada monitoreada, pero ya estaba arreglada. Estoy lleno de clonazepam con los muchachos. Es nuestra fiestita.
La semana santa va a reventar en estos días; no nos irá muy bien por aquí. Estamos “racionando” el clonazepam pero no es suficiente. A mí sólo me queda uno. Completamos con alprazolam. Todos temen al zinodan, pero aún no lo pruebo. Dicen que te duerme dos días. Pero maldición, ya queme todo ese diazepam.
Bueno, muchas drogas.

viernes, 5 de febrero de 2010

71. •7 de abril. La vida intramundana.

Un colega aquí me facilitó la comunicación con Norma. Me sonó más preocupada de mí que de sí misma. Hoy la estarán operando nuevamente del brazo, le van a remover el titano, y reinstalárselo y así.
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Otro colega viene ahora y me llama para la hora de las planchitas. Son las 6:30 y ya estamos acostumbrados a eso a esta hora: 150 planchas en 10 minutos. Me gusta y no esta mal.
Pero de Norma no pude saber mucho. No me dejarán llamarla de aquí, presumo mañana es mi intento, antes de la “semana santa”.

70. # ####### ####-##

Un día e########## #### ########## ##### ########## ########, ############ ## ######## ###### ######## #### ### ############### ########. ######## ########### ####### ##### ##### ###### #######

69. #vuelve al territorio.

Años atrás. Muchos años atrás. Satán tendió la mano para cruzar la pista. Fuimos al bosque de los duendes, donde se trenzaban los hilos invisibles que regían nuestro destino. Si no los veías entonces te enredabas. Ahora todo está desatado. Podría tomar estos hilos y hacer cuerdas de ellos para ahorcarme.
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Bebimos licor de canela. W. estaba extasiado escuchando a Pink Floyd. El ventilador estaba muy fuerte y cayó un líquido rosa sobre el suelo.
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Aquella vez escribiste que ahora podría odiarte, pero aún no te odio. Quedo escrito en el piso. Pero madre aterrorizada raspó la escritura y la borró para siempre.
-¿Cómo escribir en el piso? ¡escribe en papel!
Así que forré toda mi habitación de papel. Y ya nada era uniforme.

miércoles, 3 de febrero de 2010

68. #mira por el balcón.

Por ejemplo esa vez estábamos yo y mi copiloto deambulando por ahí, y entramos a un edificio antiguo y desmesurado. De suelos viejos y asbestosos. Con un sótano de alfombra roja, pero inaccesible por un candado óxido. Nos pinchábamos en la cara de los inquilinos, sin respetar ni al conserje. Es más, yo quería pedirle que nos abra el sótano para explorar.
Pasábamos unos buenos momentos mirando desde los pisos más altos. Se veían por entre las columnas más edificios en similar estado, y queríamos visitarlos a todos. Disfrutábamos del sol y sus rayos cortados por las columnas. Hasta que apareció Luis por detrás de mí y nos asaltó con la pistola de su papá. ¿No te conté ya de esto?
Luis era un punk muy nervioso y sólo quería nuestras pertenencias. Parece que nos había estado observando desde días antes. Y se llevó mi cámara. Pero fue muy ingenuo. Huyó a su casa. Sólo tuvimos que tocarle la puerta (en el camino una vecina suya nos dio su nombre) Y salió toda su familia. Su padre era policía, su esposa una señora moral. El hijo era un punk perdido y la hija era una trampa bellísima, pero ignorante. Luis quiso pelear con mi amigo, pero pude aplacarlo. Les dije que sean prudentes, que no pueden ir asaltando gente con armas de esa forma, que eso era más grave que drogarse. Su padre accedió y me devolvieron la cámara para que nos vayamos. Mi copiloto no quiso esperar más y bajando las escaleras se volvió a inyectar. Como un perro que orina marcando territorio.

67. #vuelve al centro de lima

No más bosques. Ahora pisamos terruños y grúas. ¿Ves con cuidado esos ladrillos? Son más antiguos, de las catacumbas. Por dios que un día debo volver ahí, y entrar a donde está prohibido, y conocer. Pero ahora la superficie. Cada 10 metros la calle revienta con una música distinta. No es de obviarlo, pues hay mucho mercado, puestos de periódico, y mientras sigues construyendo esas pistas nuevas, has colocado esas letrinas móviles, de color fosforescente.
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Aquella vez estaba muy baneado de los baños y entré a una de ellas, El olor era terrible y las moscas bailaban en fiesta: y eran tantas que temía que alguna se pose sobre la aguja de mi jeringa. El sol estaba fuerte y la poca ventilación me hacía sudar más de lo que ya había sudado: había caminado desde casa para conseguir el maldito material, y no tenía dinero, y mi jeringa era de guerra (muy sucia, muy usada). Pero la carne resiste.
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Salí a la calle con los brazos ensangrentados y camine por las calles tóxicas sin cuidado: cuando estás conectado te vuelves intocable y puedes danzar entre los carros y los cuchillos y divertirte diciendo: “no pasa nada” hasta que pasa algo.