29. Infierno es destrucción oleosa.

Ella la untaba por mi pecho mientras el sol se iba y estábamos cerca de la clínica. Ella me amaba, todo era un transtorno. Yo. Tocaba su mano y pensaba en las otras dimensiones de mi existencia, su ser: todo empezaba en los receptores táctiles, y pronto me sentía como siendo muy carnívoro, comensal de carne cruda, bebedor de sangre pura..
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Y volví a caer en el olvido. ¿Dónde estaba ahora? Sucio, olvidado otra vez, tirado en un baño, una de esas playas de estacionamiento. Habíamos estado tomando unas fotos antes, mi copiloto y yo. Luis nos había asaltado antes. Quiso volarse mi cámara, pero no pudo contra nosotros. Su padre era policía y hasta me dijo “sabio”. Nos dejó ir. Su hermana en cambio, nos escandalizó: “¡papá yo los vi ayer en las escaleras inyectándose marihuana!” – y yo aún pensé si eso fuese posible, y cómo se sentiría – y maldije a los ingleses, que ya la redujeron a una pastilla.
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El edificio tenía una escalera infernal. Sellada con un candado gigantesco y herrumbroso. No sabía cómo entraríamos ahí. Aún no hemos ido. Es tan difícil como volver al edificio Cailloma y todas esas cosas. Y ahora uno es más viejo. Aún es más peligroso, ¿no? Ahora todos temen lo peor de uno. La escalera tenía una alfombra roja en sus escalones y sólo dejaba ver unas sombras y tenues luces de algún camino imposible de seguir para nosotros. ¡Qué frustrante era, maldita sea!

28. #Canalmalgeniado

1: a veces nadie existe aquí.
0: Hay existencias por agregación.
Nadie quiere detener esto. Esa es la verdad. Difundir. Es una orden. Verdad otra vez. No se comprende. Importe mucho acaso. Es nuestra vida, nuestra única vida, la única vida que tenemos: ¡Y mira cuán poco hemos de ella aquí, en el instante de la reflexión, que lo depone todo y no se ufana más! Todo por buscar claridad de cristal, y terminó éste como roto en destrozos y cortando nuestro rostro: he ahí que manaba la sangre infernal de todos mis días, la que reniega y hace renegar. Ella la que luce apestosos epítetos.
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Sigue la sangre, nena. Es como aumentar la velocidad. Es imparable: no hay precondiciones para garantizar su existencia en la quietud. Ya son dos signos distintos para una misma cosa que quiere dar tanto a significar: ya no sólo reposa como hierro en mi carne hace días, viviendo en condiciones lúgubres, que no permiten acelerar. La otra vez cogí una guitarra y la cuidé mucho y no manó más sangre de mis dedos, por ejemplo. Y hoy hice deporte. ¡Jugué fulbito! Y tengo todo el cabello amarrado hacia atrás, en una pequeña y ridícula cola.
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Yazgo echado en el segundo piso de un camarote. Hay 6 camas. Ahora sólo estoy yo. Todos están afuera, dando vueltas. Estoy en la “casa de reposo” donde yacen mis huesos adoloridos y mi enfermo cerebro. No me permiten existir libremente y castigan a las personas, además de hacernos rezar, lo cual ya es bastante retrógrado. El psicólogo de ayer dijo que tengo psicosis o esquizofrenia y adicción, y dijo que estoy muy enfermo. Llaman a comer ahora, y voy con todos.

27. Sigue la sangre. En estéreo.

Esta vez, salpicaste todas las paredes. ¿Qué tenías, pintor? ¿Qué aires traías contigo? Cuéntanos, ea, anímate, y con esfuerzo quizá logres la gloria o el favor de un dios que escuche.
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-Perfume de flores arcanas- ¡Bébanse toda mi sangre, involuntarias! ¡Yo, deshecho en fachas! Yo, tubérculo y flojo, exagerado y rey de sandeces y peripecias. Yo, distintivo de sí mismo y a la vez nadie – ríen – y con gracia, poca cosa, alguna si acaso para unos basta, vasta y suficiente para todos (AQUÍ VIENE DIOS).

26. 10/3.

Llévate al diablo todos mis pensamientos virosos y sanguinarios, y muéstrame las fuentes prístinas de la razón: mientras el mundo estalla en guerras, yo soy isolado un diez de marzo lejos de los conocidos, en una celda de locos que rezan por obligación al despertarse en las mañanas, y antes de cada comida. Y ya no quiero rezar más, ya me cansé de su juego.
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Recuerdo cartas antiguas. El autoanálisis duele horrores porque estoy solo, y no tengo más droga. Las incisiones en uno mismo, el escarbarse en los pensamientos nunca cesó. Pero ahora me dan pastillas, están manipulando mi circuitraje. No es posible arrancar todos los tejidos de raíz – están muy bien sujetos a paredes de placer. Y lo confundo con amor, y me da miedo errar.
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Y siguió la sangre hasta que el hilo lo llevo a un charco y en el charco él se reflejó y el reflejo de sí mismo le causó alegría, horror y estruendos; y entonces gritó, y su grito no era de guerra ni de paz, ni era grito alguno de cosas humanas; era una voz nueva que jamás se pronunciaría de nuevo, porque lo que dijo nunca tuvo lugar entre nosotros, teledirigidos a otros capaces, aquellos que escuchan mejor.
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Misterio tal que me hacía salir a patadas de N. A. o ser uno en el pleno sentido de la palabra. Un narcótico anónimo. Un señor que vive a ocultas y se droga en el anonimato con regla de oro: “no decir a nadie”. Pero nada más bruscamente revelador, a su vez, que escribirlo, lo cual, en apariencia, cancela toda posibilidad de ser un bueno N. A. “Maldita droga” decía uno, y así curaba.

25. Cultura de ratas.

Muchachito, estás elegido uno entre muchos con principios de esquizofrenia. Llévala bonito y cultívala, porque es un don de dios-creación y al carajo los psicólogos, si dicen que Buda era paranoico - ¿y de Jesús? De Jesús no se qué dirían porque aún no les pregunto, pero ya todos sabemos que él era muy “buena gente”.

24. Teletransmisión. El canal de los niños pobres.

Debería contratar a Jab Lemur para estas cosas. Sólo pienso en Mascara, y su amigo extraño y Richi Lacra. Y claro, que Máscara tenía SIDA y de repente ya se murió, y que le hice una canción por si acaso se moría. Siempre lo recordare por haber escrito con letras grandes que le dolía el culo en la avenida Wilson. Luego lo volví a ver. OH SÍ. Ahora lo recuerdo. Había que seguir la sangre.. estaba camino a conseguir jeringas y me lo crucé y le tomé unas fotos, y le regalé comida. A las justas vivía, el maldito. ¿Y yo que? A las justas vivimos todos. Y casi ni lo tenemos presente.

Miles de conexiones se abren desde #canalbasura cuando estoy solo. Soy el único operador y tengo privilegios, así como también los concedo si se portan bien, pero quisiera estar acompañado por una consorte llena de dignos premios, etc. Le daría los buenos días y todo eso. Todos esquivos y hechos esquirlas por el IRC o el MSN, y creo que da lo mismo: ICQ, AOL, ETC.

23. Capítulo 5 mil. Sin más radio ni intereses.

El cuarto estaba deshabitado, cerca del Jr. Camaná. Vivía un supercabro amigo de Andrea, que la albergaba. No sé cómo llegué hasta ahí. Eran días tiesos. Me acuerdo que veía siempre a Máscara, a Viruta con su mohicano, y hablaba con Alfredo y Kharla, que ya los perdí de vista – pero una vez los volví a encontrar. Así son las personas. Calientes.

22. Sigue la sangre.

Una lista paraconsistente de avisos implacablemente violentos que escudriñan cada rincón de tu alma. No puedes contigo mismo porque caes y escribes y vives en papel, de lo más conchudamente. Síguela, es lo más coherente, es lo más inteligente que puedes hacer por tu vida. Y seguí a la polémica sangre. ¿A dónde me llevaba, fuera de mi mismo?
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### Un canal de porquerías –
Kakofonía telefónica. Impide crecer tu cuerpo y alma. Cumbia a todas horas. Perreo. Reggaetón. Regañadientes. Dientes de ganya. Bien forrados en platina, del rasta de las galerías de la brasil. ¿Qué aburrido? ¡Sí! Y me quisieron MATAR el otro día ahí. Un tipo dijo “ya te cagaste, estos son tus últimos pasos” o algo así. Pero lo apacigüé. O se hartó de mí. No lo sé, que al final desapareció, y encontré al Zorrito regresado de Argentina, con esa ganya rastafari.

21. VIDRIOS rotos, detrás del arco iris.

Nadie mandaba entre los hombres, sino unos pocos hombres. ¿Y cómo llegará cada uno de nosotros para tragárselos? Mentes rusas colapsan contra el frío hierro de un fusil AKM. Esto último no dice nada nuevo sino que han estado tratando de controlarnos. Creo que Popper no creía en esta “Teoría de la conspiración”, pero bueno así era él. Tenía problemas para admitirle conciencia a los gatos, etc.
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ESPERA. Osín dice que son robots, y él mismo le pidió al MIT que lo utilicen como sea para hacer un robot de sí. ¿Qué pasa con la conciencia?

20. SED.

Te haré vomitar títeres. No. Mejor te haré vomitar figurillas de plastelina. Te aseguro que se llevarían bien y quizá hasta se casen, quien sabe. CONTROL. Digiere lentamente el plato de comida mientras aún regurgitan delicadas burbujas en el centro de tu cuello y sin saber porqué. MAS CONOCIMIENTO no iguala a más información. Pero a veces apaga la SED.

19. Febrero 36.

TODO fluye como miel y soy un enjambre. Tengo conciencia de la reina frente a mí y conversamos un poco.
-Oye, reina, quiero tu miel.
-Y tú no sabes lo que yo quiero de ti.
(3ª voz, del público)- ¡Quiere tu sangre, imbécil! ¡Hará MIERDA de ti!

18. Febrero 38.

Todo es azul. Muy dentro mío tengo la bomba atómica. Y fosforilo tu encuentro con siluetas protéicas inservibles, y te dono una vacuola entera, si osas entrar con tus huesos en los míos.

17. Febrero 37.

No veo mi sangre como antes. No se está derramando como lo hacía antes. Parece que reducimos nuestra vida a un tópico. Quizá esto no es cierto. La vida es más grande aún. Y más grave. Y así me mortifica, sin sentido, ni “salud” – y fíjense con qué odio les hablo de la “salud” y no de la excelente salud, que buscamos mantener a toda costa. No, yo no te abandonaré, mi amor, no, jamás, etc.

16. SED.

No me pidas ser inconsistente. No es agradable derretirse como un helado de crema por puro amor incomprendido. Un amor bastardo, que se merece flores y que vale la pena morir. Inyección de aceite de epopeya: oleosa amargura que el mar cortó como un sorbo para retraer a quienes se alejaron navegando. Ahh…

15. CONTROL (4to punto de Control).

(Cuarto punto de Control). Estás detrás del arco de Apolo. Incluso tu eres él y eras el control. Tienes la jeringa entre los dedos como un arma, y la empuñas contra ti mismo. Inmediatamente entra Dionisos en tu casa. Pero Apolo estaba contigo hasta el último mililitro. POR SUPUESTO que luego fuiste abandonado idiotamente en la isla de tu cerebro, y los dioses hacían burlas de ti, y Dios el único y todo impotente no tenía suficiente lenguaje como para decirte “ola” siquiera.

14. Y volvimos.

Que glorioso. Aprehéndete con tus garras a los remanentes de la tierra mientras ésta se desmorona, se cae por pedazos y todo empieza, hoy, ahora mismo.
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Tarde. Y ahora mismo pasa; es como otro pinchazo en el brazo. Llevas meses navegando. Oh, si, todo parece una ficción, pero no lo es; es más serio que Madonna y Martin Luther King. Caminando sobre los escombros hoy pisé una botella de plástico y la hice crujir muy sonoramente, que ya no lo resistirían por mucho los vecinos, reaccionando y tirándome piedras.
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Entonces desaparecí de la ciudad y de la Internet, y estaba todo camuflado. La buena pregunta aquí era: ¿Cuánto tiempo más vas a resistir? ¿Cuánto falta hasta que todo explote? Disimulemos, empero, no saber nada como los grandes del camuflaje.
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¡Sigue la sangre! Un poco más y nos afectas, tu lo has dicho, demonio de voz espumosa. Las cosas coinciden o le dan un sentido pintoresco a mis sueños. Sí. Aquí estoy otra vez, hecho un cínico. No está MAL para empezar con la filosofía, que fluye como la esperma de la eyaculación. No está tan MALO que nos deje DÍSCOLOS o tan lisos como un disco de vinilo. Sea todo sonoro y audio como la voz del viejo italiano aquel.. aquella vez que me banearon.

13. ¡SALUD!

Dioses todos, etc. Yo sueño que puedo volar y cortan mi vuelo, y despierto, a una realidad muy pobre. Me acerqué a la fórmula del campesino que al dormir soñaba que era rey, o algo así. Pero estaba bajo medicaciones y me caí de la cama.
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Así que desperté otra vez a soñar despierto, bajo tenues grises de alcantarilla, pero en una húmeda villa de maderos que chillaban como contando historias con cada pisada. Y estaba Fresita y Megatrón; yo no sé de sus asuntos, pero luego ya querían matarme, ¿O acaso ya no quería dormir? Claro que quería. No quería volver a Lima, la Ciudad Amarilla, la música y la Sangre Dolorosa de Fantasía. Quería volver a Monterluse.
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Puras síntesis, Boros Fósforos quemados hasta la raíz. Así me siento.. buscando fórmulas de mí mismo para desvanecerme entre las masas. “Oh, eso SÍ es tener personalidad” – he ahí una afirmación ebria. Pero me siento muy como detrás del arco de Apolo. Y no me hieren sus flechas.
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Apolo no me mira a mí. A él le interesa otra cosa.
Déjame ser, Dionisos.
HYPNOS: Eres tú quien juegas conmigo ahora. De tus propios jardines hasta esta escoria de tierra.
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Oh, si me dieron diazepam por ALGO. Para ir a tu encuentro. Otra vez. Te haré pagar el daño que me causes, lo verás.

12. Diciembre 32.

No tenemos ningún alcance con estas ondas distortas que asumimos por realidad. A todo le decimos: “tiempo”, y el tiempo eras tú, y el tiempo tal vez avanza, como las pesadas grúas amarillas que mastican todas las viejas pistas, y sus amigas otras, las que vomitan, pavimentando nuevas. Así que acabaste hecho añicos en alguna cabina pública de Internet, pero sin amor y con cada vez menos droga, con jeringas sucias y todo eso, muy maltratado. Algo se cocina dentro tuyo, se sintetiza tu final y tú lo escondes con espejos multicolor.
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En los interiores, la rabia se pasea por los laberintos y no prevé su encuentro con la furia. ¿Por qué escribirlo hace todo diferente en nuestro pensamiento? Es que nos dis_loca en el papel, como las miles de gotas de sangre que te dis_locaron de tu familia.
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Todos sintieron náuseas simultáneas.. qué maretazo – pero no toda la nave quedó dañada. Igual, ¿por qué querrías vivir así? Si la vida es una emoción, alors, eres una mala influencia, aún así creas que limpiabas tu karma silenciosamente, aún así todo el polvo que te evitabas con tus vistosos sombreros recaía sobre tus pies, y con esos pies embarrabas todo lugar al cual llevaras tu maltrecha presencia, tus sucios pies.

11. Y despertaste.

Y dormiste contigo mismo, pero sin mí y en otro lado. Y fuiste todo un fastidio, y al despertar estabas sucio y lleno de toda clase de mugres; y te tuve que asear y darte otra vez mucho, mucho amor, porque te faltaba, y tu cuerpo sólo quería drogas, así que te las administré. Pero la jeringa estaba muy óxida y no había más plata. El cuerpo emplea todo el ATP y lucha y así adelgazas poco a poco. ¿Cuál es tu siguiente movimiento?
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Estás sentado frente a uno de esos bellos museos de arte del centro, con la mochila de guerra. Tienes la cámara entre las manos y has arrancado una bella flor violeta de los plantares cercanos. Todos te ignoran, pero temes el arresto. Mira la intensidad del violeta a la luz del mediodía. Dispárale más luz aún. Fotones en un haz de luz en el flash de una foto violenta en pleno día. Casi nadie se da cuenta. Todos se distraen con el MALI, y viendo reproducciones vitradas en miniatura de la ciudad, y tu ya te distraes y caminas rápido, rápido, rápido, pensando en nebulosas.

10. Música. Radiación.

A veces uno vuelve a sí mismo después de un viaje muy largo. Mi voz es mi reto. Yo me rompo en la voz y retorno, regreso, renazco. Y la sangre está ahí, presente, en todos mis dedos, desparramada por las cuerdas y las pastillas de la guitarra, y muy por dentro de la garganta raspada e infecta de bichos. Pero la droga no la deja salir. La droga me acongoja. Es una forma sintética de biosis con el cuerpo. ¿Me dejo entender? La fórmula no fue la mejor. Yo la complementaba con todo tipo de mejunjes que hastiaban mi cuerpo hasta llevarlo a la grosera delicadeza de escribir.
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Perdí mucho peso. Todos lo empezaron a notar. La familia, etc. Sus comentarios me resultaban aburridos, morales, restrictos, sin solución y sin sentido, porque tampoco sus vidas tienen mayor trascendencia que la mía. Qué pequeños somos a los ojos del universo. Yo aún suspiro pensando esto. Yo aún soy de los que suspiran. ¿Cuántos quedamos?
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¿A dónde nos quieres llevar, oh, sangre? ¡Dínoslo de una vez! Estoy cansado, agotado, desesperado, agotado, casi ciego. Acaso tal vez sólo quieres almacenarte en mi cerebro y afectarme y hacerme dormir, acaso soñar. Pero estoy preparado. Tengo agua aquí, para purificarme. ADIOS.

9. 31 de Febrero.

Esta noche seguí la sangre de mis encías, mientras me cepillaba los dientes. Todavía no me acuerdo que he perdido uno. El tiempo ya no es problema mío. Me lo robaron, igual que a mi nena. Me robaron todo. Una vez quisieron robarme el celular, pero eso no lo permití. Era un regalo de ella. Mi única conexión cuando estaba lejoslejos. Era como una ella en miniatura, en negro, como la viuda negra. Tuve que entrar a la cueva de los ladrones y gritarles a todos hasta que se arrepintieron. Y el autor del acto lo dejo temerosamente frente a mí, de rodillas, y se retiró a las sombras.
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¿Ego? Cuando salí todas sus mujeres me esperaban, y yo aún estaba exaltado, y les hable de Dios. Y miraba al sol fijando los ojos bien abiertos para llenarme de fuerzas. A pocas cuadras vivían el Señor de los Milagros, y Santa Rosa desacrada.
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Volví a San Marcos caminando. Aún quedaba odio y resentimiento en sus corazones. Mis instintos regresaron a dominarme. Todo es una competencia. A veces no soy yo mismo. A veces soy EL. ¿Y quién rayos entiende?

8. Paruro encantador.

Todo lleno de los orines y los circuitos electro acústicos. Todo sonido y reciclaje y la cárcel muy cerca y mucha pastelería piraña y un organelo de San Marcos además, la Facultad de Medicina, San Fernando, gran casa de conocimiento sobre la droga y todo eso, con bonitos jardines, además. Pero no la he visitado tanto como para hablar de ella.
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Parecía genial no ver esas gotitas de sangre hasta que de pronto estábamos en la misma atmósfera, despegados, desterrados, y las gotitas brillaban con fuerza en el madero suelo, bajo la luz blanca fluorescente de 100 Watios. Les disparé un angelical flash de luz con la maquina fotográfica. Lo hice mil veces. Se me hizo una costumbre. Ya era un vampiro entonces, amante de su sangre amarga.
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Una vez la sangre formó un heptagrama y lo mezcló con mis salivas y mis lágrimas, y yo viajé por el portal a Monterluse. Y ojalá nunca hubiese vuelto. Visité Lece, Cuerpo, y otros lugares del Infierno. Todo es de lo más natural. Nada de que aterrorizarse. Tengo 25 años. Me siento de un millón, de infinitas edades. El cuerpo ha cambiado, ha mudado eras. Fui de fango alguna vez. Polvo y agua, la terrible sustancia plena de protozoarios. Pero ahora estoy más solo que nadie jamás lo estuvo. Y lo escribo. Y rompo el hechizo. Boom.
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Me gusta distorsionar la realidad. Todo comenzó con esa hermosa cajita metálica color naranja, la distorsión láser. Aún funciona, y destruye la realidad. Ataca la mente desde el sonido. Es una invasión a la corteza auditiva. Oh, yo se que muchos se lo merecen. Me siento bien cuando me desquito con ello. Otras veces sólo pienso en Bach y Mozart, y trato de hacerles un regalo a todos los amigos.
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Pero también fluye la sangre ahí. Es imparable. Era ya ritual. Todos lo temían, pero lo esperaban, lo querían. Se aburrían si no sucedía: “Ya pues, _bas, pínchate” – hasta eso me dijeron alguna vez, cuando llevaba horas sin hacerlo y todo parecía igual. Estaba lúcido. Saltaba y me movía de un lado a otro dando órdenes. Todos parecían siempre esperar más y más de mí.

7. Sigue la sangre.

Todos la siguen. ¿A dónde van? ¿A dónde nos lleva? Punto negro. CONTROL. Cuidado con tus preguntas, pueden matarte. ¡Muérete! A lo mejor, así nos respondes todo, porque nada sabes, nada sé, OH pobre Sócrates, Incipit Tragoedia. Humor, humo. Cigarrillos. Droguillas infantiles desesperanzantes. Vayamos a lo serio.
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Me inyecté otra vez. Fui dentro de mí para salir hecho nuevo. Discutí con p. y m. No los odio. Cada vez amo más a todos. ¡Qué ridículo todo! Que ridículo un amor risible e inexpresable por los canales adecuados; se pierde como droga por las venas. Es reciclada.
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Quedé atónito por la cantidad de voces y el enorme flujo de comunicaciones que compone el cuerpo humano con el cuerpo universal. Me hacía pensar que el yoga apestaba y que todos deberían callarse y drogarse para entender de QUÉ hablo.

¿Por qué mi especie no está extinta aún, querido Darwin? ¿Qué quiere la naturaleza finalmente de mí? No parece así que vaya a reproducirme. No creo que le interese a nadie mi clon, sino a mí cuando soy de clonazepam genérico. El Hueco provee magníficas raciones a bajos costos y es clausurado una y otra vez. Y así es la forma de vida del organismo ciudad de Lima.