jueves, 19 de noviembre de 2009

35. Transmisión de la unidad lógica.

. Cada vez que hay algo por decir, dilo. Si lo callas, nadie lo sabrá. Si lo dices, será conocido. Si es conocido, habrá opinión de ello. Pero de la opinión surgirá contrariedad. Porque nadie entiende igual. Aquí la lógica es la poderosa herramienta que ayuda en la comprensión de aquello que viene a ser dicho: las palabras, el logos.
.
Cuando transmitimos remotamente la señal obtuvimos de respuesta una constante lógica, que es ella misma por defecto variable. Era la negativa, el NO desesperanzador. Pero más que ello, quisiéramos conocer a fondo el circuito neural de la negación. Por ejemplo para entender los rechazos.
.
1)-¿Me quieres?
-¡No!
.
2)-¿Ola?
-¿No?
.
3)-¿Hablamos?
-¡No!
.
Éste es el derrotero del mundo. Sonámbulos. Diremos cosas terribles si nos mantienen en este encierro – es insoportable ser parte de él, escuchando musiquilla cercana que no me llena el [corazón] ni el (rostro) de felicidad, sino que lo sujeta entre corchetes.
.
Así es el {encierro} bajo llaves. “Come pan, mieces / tienes los pies dulces como la miel, / los dedos retorcidos, tus huesos rotos, déjame reparar.” Quisiera hacer algo por ti, y por mí también. ¿Cuantas veces te dije que te amo, y tú no lo sabes todavía?
.
Jodido aumento. Déjame ver tu sangre. Déjame seguirla un rato. Casi te lapidan. ¿Qué hiciste?

No hay comentarios:

Publicar un comentario