39. 14 de marzo. Un ancla.

Cuando tienes problemas con todos se vuelve más real, especioso. Mientras tanto la mente es un misterio transitorio, una comunión de conciencias en el pensamiento. Así lavaba bajo el sol mis calzoncillos y sentía la sola presencia de Kurt Cobain mientras mi voz cancionaba:
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And if you say your prayers, you will make god happy
He’ll keep you in a jar, and you will seem happy
You’ll swallow in your shit, and then you will be happy
Now
You’re in a laundry room
You’re in a laundry room
Conclusion came to you, oh..
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Y se fue. Y pase a lavar las pijamas. Y pensaba en esa Alejandra (sacada de “Sobre héroes y tumbas”) y la cabeza de Demetrio, Olmos, o Elmtree, ahí en su frasco, y me confundía un poco con el personaje y a la vez no. Es toda la dificultad de leer en estos tiempos (pensar en Bertolt Brecht). Preferiría hundirme en Hegel o Husserl, sin embargo, la historia me atrapa, mientras pienso: Norma leyó esto, y siento un cierto retraso, así como cuando sucede al revés con la música. Hay un paralelo: así, mientras yo estoy pensando en Brecht, ella piensa en W. Allen, y así.
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La música a ella la puso en las nubes. Y a mí me tiene con las raíces secas. Hace TIEMPO que no puedo presentar nada, ni grabar. Y cuando me presentan una guitarra, lo hacen por muy breves instantes, y el instrumento no me revela todo su potencial – menos yo se lo revelo al instrumento o a los demás.
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Verán, la función parece invertida: Algo que me hace funcionar: moción: La comida como combustible, por ejemplo. Cuando hoy dijeron que no me confirmarían contacto con el padre (es el único que me puede sacar de aquí sin mayores problemas) sentí pesadez, angustia y una tremenda desazón por comer. Y ahí estaban todas las cosas que había dejado tiradas: más manzanas, más detergente, más galletas, y repite la ecuación.
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Cuando antes todo solía ser de otra forma. Ahora me piden que les hable de drogas pero quieren que diga lo que ellos esperan. Ellos mismos no comprenden a la droga, y se salvan de explicarse gritando ¡adicto, adicto! ¡Drogadicto!
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Y yo pensé en las persecuciones que les hacían antes a los cristianos, y luego pensé en cómo lapidaron a la pitagórica alejandrina.. Hypatia, y finalmente en cómo mi madre está muy muy a salvo de toda esa mierda y de morir lapidada o perseguida.
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Y ahora les toca a los amantes de la droga, a los drogadictos. Es cuestión de dar vueltas; es un baile de todas las intenciones, pero yo os aseguro que la música se acabará y volveréis al sinsentido. Cada uno hace su turno, como hacíamos con la charola en el comedor universitario, en el Hermilio Valdizán, como hacemos aquí, en la casa de reclusión. Como harían en esparta, en sus buenas épocas: los jóvenes servían a los adultos y la situación era de guerra total.
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Aquí en cambio todo es más decadente. La guerra se disimuló por no exaltar a las mujeres con moralina, a las más escarmentosas, esas que jamás tuvieron carmín en los labios.
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Creo que en los dos mil años de racionalidad los únicos cambios notables han sido la entrada de las mujeres en la razón, esto es, la INVITACIÓN que se les hizo, la entrada que KANT abrió con su crítica. Cuando ya los viejos chamanes fluían en el mundo, Kant sólo ajustó su reloj biológico para morir a las 11 de la mañana.
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¡Pero luego llegaron los malentendidos de las palabras! Maldita globalización grasienta. Come McDonalds y olvídate. Y que te paguen poco, además. ¡Tschandalas!
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“Come, o se comido.. pareces.. un paraíso”.