domingo, 18 de abril de 2010

94. Mira quién es.

Es el *padre*. El hombre del semen, aquí en la tierra. Los demás doctores lo convencieron peor. Ahora dice que estaré hasta Mayo 15, y que luego me llevarán al Noguchi. Tengo hambre, y decidí no comer. Los hermanos devoraron todo. La hysteria me corroe, es incómodo. Se siente como la sangre hirviendo desde dentro. Es molesto. El dolor en la cabeza, también lo es. Comienza a expandirse. Al cuello, los hombros, y hasta las manos.

Mi corazón latió violento por una feliz esperanza y el padre la pisoteó y vino con un mayor descaro a imponerme peores condiciones. Dicen que en el Noguchi el doctor X viene imponiendo hace 20 años la “técnica” que llama “útero de cemento” en la que te encierra por un tiempo X; que se incrementa en la medida en que no te conviertas en una oveja mal agradecida. Siento asco de lejos y temor por la violencia que ya está en camino. Otra vez vendrán tipos para sujetarme, amarrarme y dejarme encerrado en un cajón. Ya dejé que pase una vez. Antes prefiero escapar o terminar mi vida. El honor vale más que esto. ¿Por qué nací en la vida y me hicieron todo esto? ¿Qué estaba pasando por las cabezas de estas personas?

Mi sangre exige salir de mi cuerpo. Soy un guardián penoso de mi cuerpo.

Libertad.

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